Complejidad de la Corteza Cerebral
Introducción.
Cada
hemisferio cerebral tiene un manto de sustancia gris, la corteza o
palio, con una estructura característica que consiste en cuerpos
celulares neuronales y axones dispuestos en láminas.
La
superficie del hemisferio cerebral consiste en la arquicorteza
(formación hipocámpica), la paleocorteza (áreas olfatorias y
algunas límbicas) y la neocorteza, que posee seis láminas y, en el
encéfalo humano, contiene alrededor de 10 mil millones de neuronas.
La
corteza cerebral alberga células principales (piramidales), las más
notables en las láminas 3 y 5, y varios tipos de interneuronas. Las
áreas de Brodmann se numeran con base en variaciones regionales en
el aspecto microscópico de la corteza.
La
corteza cerebral es el desarrollo más reciente de la evolución del
cerebro de los vertebrados, en los primates se ha vuelto muy compleja
mientras en otros mamíferos se aprecia más lisa. Incluye la corteza
sensorial, la corteza motora y las vinculadas con la visión, la
audición y el habla. La parte más desarrollada es la denominada
Neocortex, considerada como el soporte del registro simbólico.
Diferencias
de la corteza cerebral humana con la corteza cerebral animal.
Aparte
de estudiar individualmente cada neurona al microscópio es
importante apoyarse en la histología (el estudio de los tejidos)
para poder ver cómo se vinculan todos las celulas que hacen posible
realizar las diversas funciones en las que interviene el cerebro.
De
acuerdo con el texto “Histología de la Corteza Cerebral”,
existen tres tipos de tejido cotical que son reconocidos mediante el
exámen microscópico de cortes en un plano perpendicular a la
superficie del cerebro, los cuales se basan en la filogénesis, que
es el grado de variación de estructuras similares a través de
diferentes grupos de organismos. La paleocorteza que forma parte del
sistema olfatorio, la arquicorteza que se encuentra en la formación
hipocámpica y el resto de la corteza cerebral, mejor conocida como
neocorteza o neocortex.
Desde
el punto de vista histológico, el número de láminas varía de
acuerdo con la región, puede haber hasta cinco láminas en la
paleocorteza y variaciones en la cantidad dentro de la arquicorteza,
que pueden llegar a ser hasta tres. En la neocorteza siempre habrá
seis en alguna etapa de su desarrollo embrionario o fetal. Sin
embargo, las seis capas típicas no se distinguen con claridad en
algunas áreas del encéfalo adulto.
Se
presentan algunas dificultades técnicas para el conteo del número
de neuronas en la corteza cerebral humana las cuales oscilan entre
2,600 millones hasta 10,000 millones de células.
Las
células principales consideradas como neuronas con axón largo, se
conocen con el nombre de células piramidales, cerca de dos tercios
de las neuronas corticales (las que se encuentran en la corteza
cerebral) son de este tipo. Se supone que usan glutamato como
neurotransmisor.
Existen
varios tipos de formas de conexión entre neuronas, las neuronas de
proyección transmiten impulsos a los centros subcorticales como el
cuerpo estriado, el tallo cerebral, la médula espinal o el tálamo.
Las
neuronas de asociación, establecen conexiones con neuronas
coticales en otros lados del mismo hemisferio. Los axones de las
neuronas comisurales continúan hacia la corteza del hemisferio
opuesto. Las células comisurales se conjuntan para construir el
cuerpo calloso.
El
grosor de la neocorteza varía de 4.5 mm en el área motora primaria
del lóbulo frontal hasta 1.5 mm en el área visual del lóbulo
occipital, la corteza es más gruesa sobre la cresta de un giro que
si se compara con la existente dentro de un surco. La corteza
cerebral llega a tener su número total de neuronas alrededor de las
18 semanas de gestación.
La
corteza cerebral en los mamíferos cubre los hemisferios cerebrales,
se puede dividir en áreas sensoriales primarias de acuerdo a su
función, la más primitiva es la relacionada con el sentido del
olfato por lo que se considera que fué el primer sentido que se
desarrollo a partir del desarrollo de esta corteza, posteriormente
aparecieron representados otros sentidos hasta llegar al de la
visión, el cual posee su propia área cortical, la cual se ubica
aproximadamente en la misma zona en todos los mamíferos.
La
complejidad máxima de la estructura de la corteza cerebral se
presenta en el ser humano, como resultado de un largo proceso
evolutivo de miles de años hasta llegar a especializarse en áreas
somáticas secundarias, de asociación, motoras y finalmente en
avanzadas respuestas de aprendizaje, memoria y comportamiento.
Hace
alrededor de 150 millones de años sucedió la transición reptil
mamífero, lo que representó un aumento en la sofisticación del
cerebro animal generándose la corteza cerebral, presentándose una
organización por capas.
Ramón
y Cajal, utilizando el método de Golgi, logró una descripción
completa de la organización intrínseca de la corteza cerebral del
hombre y sus afinidades y diferencias con otros vertebrados,
determinando las conexiones y estructuras de los diversos tipos de
neuronas presentes en el cortex, su organización dentrítica y
axonal, y la disposición de los plexos de fibras aferentes y
eferentes.
Posteriores
estudios lograron catalogar las variedades neuronales específicas de
cada capa, la sistematización de las fibras aferentes y sus
conexiones intrínsecas para de esta manera lograr la importante
tarea de realizar estudios comparativos entre distintos mamíferos.
Identificando que existen numerosas características estructurales
que se repiten en todas las áreas corticales de todos los mamíferos,
tratando de no caer en una simplificación extrema ya que muchas
regiones corticales poseen rasgos estructurales específicos que
hacen practicamente imposible generar un patrón estructural único
aplicable a toda la corteza.
En
animales insectívoros la ramificación de fibras talamocorticales es
muy simple, en el caso del erizo las fibras aferentes del área
visual (región occipital) ingresan a la corteza desde la sustancia
blanca siguiendo un trayecto oblicuo y presenta ramificaciones
terminales en abanico, que en conjunto forman un plexo en niveles
corticales medios, mientras que en los insectivoros no existe una
capa IV claramente definida.
En
roedores las fibras específicas talamocorticales se pueden reconocer
por su forma, estructura de ramificación y su distribución. Al
estudiar la capa IV en los roedores, su capa cortical fué estudiana
con el método Golgi, se presentan los “glomérulos” ó barriles,
en representación de los pelos táctiles del hocico, característica
específica de la corteza somatosensorial de los roedores.
El
cerebro de los primates se destaca por contar células estrelladas
con espinas y axón recurrente, el cerebro de los mamíferos más
evolucionados se configuró a partir de un cerebro primitivo
exclusivamente olfativo, que fué aumentando su capacidad para
albergar a nuevas modalidades sensoriales, debido a la evolución.
Conclusiones.
El
neocortex evolucionó a partir de dos formas previamente existenes
en el cerebro: la arquicorteza y la paleocorteza, se reconocen dos
tipos de neuronas: las excitatorias y las gabérgicas, las cuales se
encuentran interconectadas.
El
tálamo provee a la corteza de células aferentes relacionadas con
información sensorial, motora, visceral y emocional, para que de
esta forma el cerebro pueda controlar el pensamiento, la conciencia,
la atención, la memoria, el lenguaje, la actividad motora y las
emociones entre otras.
Algo
que distingue a los primates no-humanos y al hombre es el predominio
en número y complejidad de los circuitos córtico-corticales y la
mayor influencia sobre estructuras subcorticales. Gracias a lo
anterior se pueden desarrollar funciones compleas como la motivación,
la creatividad, la espiritualidad, el altruísmo, etc.
Todavía
falta mucho por descubrir en la estructura funcional de la corteza
cerebral de los seres que habitan el planeta y en especial de los
humanos, ya que como se ha comentado, el cerebro es un sistema
sumamente complejo, sin duda los nuevos adelantos tecnológicos y la
mayor capacidad en l procesamiento de información por parte de las
computadoras nos permitirá comprender mejor cómo es que funciona la
corteza cerebral, lo que a la larga nos ayudará a comprender el
comportamiento de los seres humanos y poder obtener cura para algunas
de las enfermedades psicológicas y neurológicas que aquejan a los
individuos.
Referencias.
Artículo:
Capítulo 14. Histología de la corteza cerebral. Consultado
el 14 de febrero de 2013. Versión digital extraída de:
http://highered.mcgrawhill.com/sites/dl/free/9701056930/365594/capitulo_muestra.pdf
Pimienta,
J. (2004). La Corteza Cerebral. Revista Interamericana de
Psiquiatría. Consultado el 14 de febrero de 2013 del sitio:
http://redalyc.uaemex.mx/pdf/806/80609706.pdf