El estudio de las emociones como sistemas dinámicos

Se presenta un dominio de las emociones a través de las sensaciones, y el dominio de la mente a través de las emociones, esta cadena de dependencias puede ser un problema para el autoconocimiento al crear el espejismo de que el yo son las sensaciones y la información del mundo externo al yo. En gran parte de los estudios sobre el yo se insiste en que una de las formas más habituales de conocerlo es utilizando esta información externa.

La dependencia de este engaño mental llevaría a un alejamiento del equilibro en la dinámica del sistema. Existe la hipótesis de que la conciencia, como mecanismo de control de mayor nivel, tendría la función de prevenir las interpretaciones precipitadas regulando el caos introducido en el sistema.  Para lograr lo anterior, se requerie que el sistema realice dos tareas, por un lado el reconocimiento mental de la influencia en el proceso interpretativo de las sensaciones y el aprendizaje.

Por otro lado la identificación del sentido subyacente del atractor que orienta los significados emergentes del sistema.  Las emociones se configuran con su propia lógica. Los cambios en la interpretación provocan que el sentido del sistema se mueva, bien hacia un nuevo significado, bien hacia la clarificación del significado original.

Cuando se presenta una nueva condición, el sistema global se puede desestabilizar, moviendose hacia un nuevo estado, yendo de estado en estado, el caos hace impredecible la trayectoria de la emoción, por lo que se habla de un sistema dinámico. Sin embargo en este sistema no se garantiza una predicción precisa del estado siguiente en cuanto al sentido que adopte la emoción ya que esta puede derivar en nuevas emociones con sus propias reglas.

La dinámica de sistemas vivos con muchos elementos ha sido explicada en la teoría de la criticalidad organizada de Bak y Chen, donde el comportamiento de los sistemas complejos se caracteriza por la posibilidad de que pequeñas desviaciones puedan provocar grandes cambios y grandes desviaciones cambios pequeños.

Un sistema que ha desarrollado estructuras internas muy estables cambia siguiendo un proceso más lento que otro cuyas estructuras sean más inestables. En todo sistema humano el cambio es lo único estable. Los sistemas humanos son abiertos por naturaleza y es la inclusión de nueva información la que tensa las estructuras internas para promover cambios. El principio de autopoiesis nos dice que la organización de la estructura emocional depende de la propia conducta de los elementos que la conforman, y no de la conducta del entorno.

Al observar una pequeña parte de una manifestación emocional, podemos amplificarla y obtendremos el sentido general de la emoción en el sistema. Los sistemas alejados del equilibrio están más abiertos a múltiples y variadas interacciones con su entorno, tienen estructuras menos estables y mayor probabilidad de desorganizarse cuando aumenta la tensión a favor del cambio. Un sistema se mantiene en equilibrio si no se cierra al entorno, y convive con la inestabilidad al tiempo que la controla para impedir que esta destruya al propio sistema.

Las estructuras disipativas actúan como sofisticados mecanismos de control, trabajando a favor de la estabilidad y la autosemajanza.  El análisis de las emociones como sistemas dinámicos complejos lleva aparejado el cuestionamiento del modo de medir los cambios, sin embargo no pueden ser medidas de carácter matemático ya que esto sería algo cuestionable. 

Finalmente, se debe de pensar en formas más cualitativas de abordar el análisis de las emociones para comprender su dinámica interpretativa.

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