Neuropsicología, Atención y Funcionamiento Ejecutivo.

Introducción

En las tres últimas décadas, la neurología conductual y la neuropsicología han evolucionado a pasos agigantados bajo el influjo de los modelos teóricos provenientes de la psicología cognitiva, pero también por el avance de nuevos y sofisticados métodos que permiten estudiar la actividad cerebral durante los procesos cognitivos. Las técnicas de neuroimagen y los modelos computacionales de las funciones cognitivas de alto nivel han arrojado nuevos datos y modelos sobre el intrincado mundo del funcionamiento cerebral
.


El córtex prefrontal es la región cerebral con un desarrollo filogenético y ontogénico más reciente, y por ello, la parte del ser humano que más nos diferencia de otros seres vivos y que mejor refleja nuestra especificidad; constituye aproximadamente el 30% de la corteza cerebral.

Desde el punto de vista funcional puede afirmarse que en esta región cerebral se encuentran las funciones cognitivas más complejas y evolucionadas del ser humano; se le atribuye un papel esencial en actividades complejas, el desarrollo de las operaciones formales del pensamiento, la conducta social, la toma de decisiones y el juicio ético y moral.

El esta línea, los tipos de déficit que se atribuyen a lesiones del córtex prefrontal incluyen una interacción del alteraciones emocionales, conductuales y cognitivas. Dentro de estas alteraciones en el funcionamiento cognitivo destacan los déficit ejecutivos.

Las funciones ejecutivas se han definido como los procesos que asocian ideas, movimientos y acciones simples y los orientan a la resolución de conductas complejas. Luria fue el primer autor que conceptualizó las funciones ejecutivas como una serie de trastornos en la iniciativa, la motivación, la formulación de metas y planes de acción y el autocontrol de la conducta, asociados a lesiones frontales.


Dificultades visuo-espaciales.

Las dificultades visuo-espaciales pueden afectar a la localización visual de objetos, a la capacidad de búsqueda visual, al rastreo visual y a un conjunto de habilidades visuoperceptivas o visuoconstructivas implicadas en múltiples actividades de la vida diaria. Este tipo de dificultades se producen por lesiones occipitoparietales, cuando se localizan unilateralmente se relacionan con dificultade en la localización de objetos en el espacio y dificultades de orientación y dirección contralaterales a la lesión cortical, y son más frecuentes en lesiones derechas.

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Estas dificultades espaciales afectan y se manifiestan en actividades que requieren o exigen una adecuada percepción del espacio o guía visual. Uno de los síndromes mas conocidos es el de Bálint, la cual es una alteracipon en la planificación de la visión espacial (solo se puede ver un objeto a la vez, apraxia de la mirada, ataxia óptica, etc.).




Tratamiento.

El tratamiento específico de las dificultades visuoespacioales se basa tanto en el trabajo de estrategias que permitan su compensación como en estrategias encaminadas a la restitución. El desarrollo de los movimientos oculares en la horizontal izquierda-derecha permitirá aumentar el campo visual y cubrir aspectos omitidos por el déficit del campo visual o atencional, o por la alteración de la programación oculomotora.

Algunos de los aspectos esenciales en los que incide de manera constante a lo largo del programa de rehabilitación son el aumento de la conciencia sobre las dificultades y el sobreentrenamiento de las funciones ejecutivas, de manera que antes de realizar cualquier tarea se le plantea al paciente cuáles son sus dificultades y cómo va a enfrentarse a la tarea. Se trata de potenciar la capacidad intencional de auto-guía en el comportamiento de búsqueda visual y la aplicación de esta guía en las actividades cotidianas, tanto en espacios reducidos como en espacios abiertos.

Daño cerebral

Son muy numerosas las patologías neurológicas y los trastornos mentales en los que se han descrito alteraciones en alguno o en todos los componentes del funcionamiento ejecutivo. Entre los primeros, podemos destacar los tumores cerebrales, los traumatismos craneoencefálicos, los accidentes cerebrovasculares, la enfermedad de Parkinson, la esclerosis múltiple y el síndrome de Gilles de la Tourette.

Respecto a la patología psiquiátrica, las alteraciones disejecutivas se han estudiado, entre otras, en la esquizofrenia, en el trastorno obsesivo-compulsivo, en el trastorno disocial de la personalidad, en el autismo y en el trastorno por déficit de atención. Esto sugiere que el término "funcionamiento ejecutivo" describe de forma inadecuada una función y además, no depende de una estructura anatómica única.


Procesamiento visual.

Cuando la luz incide en la retina hasta que la persona reconoce o se ubica correctamente en el espacio, suceden en el cerebro de la persona diversas funciones que permitirán dar una percepción coherente e integrada. Las áreas corticales encargadas inicialmente de procesar la información visual y crear una primera idea de lo que captamos en nuestro campo visual son el córtex visual primario, el córtex estriado y la primera área cortical visual. Esa información será la base para la formación de un objeto y, junto al procesamiento del color, proporcionará la apariencia de la figura de estamos percibiendo. El movimiento se determinará por el procesamiento en el lóbulo temporal medial, y el reconocimiento de los objetos se producirá cuando las diferentes rutas descritas se integren con las áreas corticales que permiten el acceso al significado semántico. De esta manera, se forma la imagen real y específica, tanto en cuanto a la apariencia como al conocimeinto de lo que estamos viendo.

El proceso por el que pasa el estímulo, hasta que se llegan a percibir los objetos y el espacio, requiere de un proceso coordinado y preciso, en conjunción con las funciones cognitivas.

Movimientos oculares y localización en el espacio.

Un elemento esencial en el procesamiento visuoespacial, es el movimiento ocular (dirección de los ojos). Aunque no es básico para localizar los objetos o alcanzarlos, sí tiene una estrecha y fuerte relación con los procesos de atención visuales. Los procesos de búsqueda visual requieren una demanda motora, atencional y conductual orientada a una meta. Anatómicamente, en el control del movimiento de los ojos es fundamental el papel del colículo superior y el pulvinar, estructuras que forman parte de una red interconectada con dos regiones importantes para el control de los proceso atencionales, motores y visuales: el córtex prefontal y la corteza parietal.

El córtex frontal se relaciona estrechamente con el control oculomotor y la disposición o preparación de los movimientos sacádicos a determinadas localizaciones espaciales, como preludio a la preparación para un determinado comportamiento.




Conclusiones.

Luria propuso los conceptos principales sobre los cuales se ha desarrollado la teoría del proceso de las funciones ejecutivas y la relación que guardan con la percepción a través de los sentidos, diversos autores han propuesto un modelo como el que a continuación se muestra:

El desarrollo de las capacidades visuoespaciales, apoyado en el desarrollo de las capacidades de control motor, la atención y las funciones ejecutivas pone de relieve la necesidad de trabajar de una manera coordinada las capacidades cognitivas alteradas; por esta razón, es necesario jerarquizar el tratamiento rehabilitador de los proceso cognitivos a trabajar.


Referencias:

Tirapu, J. (2002). Funciones Ejecutivas: necesidad de una integración conceptual. Revista de Neurología. Recuperado el 25 de agosto de 2014 del sitio: http://www.neurologia.com/pdf/Web/3407/m070673.pdf


 Blazquez. J.L. et. al. (S.f.). Atención y funcionamiento ejecutivo en la rehabilitación neuropsicológica de los procesos visuoespaciales. Revista: CINI. Rehabilitación Neurológica. Recuperado el 25 de agosto de 2014 del sitio : http://www.neurologia.com/pdf/web/3805/q050487.pdf

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