Estrés Social

De acuerdo con Sardín (2002), las situaciones sociales pueden producir altos niveles de estrés, que a su vez afectan la salud, la calidad de vida y la longevidad. Vivimos en una época en donde nuestras actividades sociales tienen una gran relevancia para el éxito profesional y personal.  


El estrés social no sólo puede inducir efectos directos sobre la salud, sino también efectos indirectos a través de la modificación de los estilos de vida. Esta situación se ve acrecentada debido a la popularidad que han alcanzado las redes sociales basadas en las nuevas tecnologías de la comunicación e información.


Por otro lado tenemos  la gran cantidad de noticias que recibimos a través de los medios masivos de comunicación. La mayor parte de las amenazas que sufren las sociedades modernas son de tipo simbólico más que físicas y generalmente no suelen conducir a una reacción de tipo físico. La incapacidad para responder de forma exteriorizada deja al cuerpo preparado para la acción que nunca llega, un estado que, al mantenerse en el tiempo puede dañar seriamente al organismo. Lo anterior es un factor que puede producir la ansiedad crónica que caracteriza a las sociedades modernas.


Vivimos en tiempos en donde el cambio es la constante, el cambio es el principal factor definitorio de los sucesos vitales. El potencial estresante de un suceso vital está en función de la cantidad de cambio que conlleva. Situaciones como la imparable transformación de nuestro entorno físico, la incertidumbre laboral, cambios en el crecimiento económico de un país y las relaciones sociales efímeras, producen una sensación de que nada es permanente en nuestras vidas.



Generalmente la investigación sobre el estrés se ha centrado en sus efectos sobre la salud y en los factores biológicos y psicológicos implicados. Sin embargo también debe ser importante estudiar los factores que producen estrés y ansiedad, en especial los sociales.


Referencia: 
Artículo: Sandín, Bonifiacio (2002) “El estrés: un análisis basado en el papel de los factores sociales”, en Revista Internacional de Psicología Clínica y de la Salud, 2003, vol. 3, núm. 1, consultado el 8 de septiembre de 2014 disponible en:
http://www.aepc.es/ijchp/articulos_pdf/ijchp-65.pdf


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