Desarrollo y Socialización
Introducción.
Desarrollo.
De acuerdo con Papilo (2009), algunos niños desarrollan capacidades de la teoría de la mente más temprano que otros. En cierta medida, este desarrollo refleja la maduración del cerebro y mejoras generales en la cognición. La atención social infantil se ha relacionado estrechamente con el desarrollo de la teoría de la mente.
La competencia social y el desarrollo del lenguaje contribuyen a comprender los pensamientos y las emociones. Los niños que según el juicio de sus maestros y de sus compañeros de la misma edad poseen más habilidades sociales muestran mayor capacidad para reconocer las creencias falsas, distinguir entre la emoción real y fingida, y para tomar en consideración el punto de vista de otra persona; esos niños también suelen tener sólidas habilidades de lenguaje.
El tipo de habla que un niño pequeño escucha en su casa puede influir en su comprensión de los estados mentales. La referencia de la madre a los pensamientos y el conocimiento de otros es un predictor sistemático del lenguaje posterior del niño sobre el estado mental. Los niños se beneficias más del "habla de la madre" cuando ésta coincide con su nivel actual de comprensión. La empatía por lo general surge más pronto en los niños cuyas familias hablan mucho acerca de sentimientos y causalidad.
Las familias que alientan el juego de simulación estimulan el desarrollo de las habilidades de la teoría de la mente. Cuando los niños desempeñan papeles, tratan de asumir las perspectivas de otros. Hablar con ellos acerca de cómo se sienten los personajes de un cuento los ayuda a desarrollar la comprensión social.
Los niños bilingües, que hablan y escuchan más de un idioma en casa, se rinden más que aquellos que poseen un solo idioma en ciertas tareas de la teoría de la mente. Además, saben que un objeto o idea puede representarse lingüísticamente en más de una forma, conocimiento que los ayuda a comprender que diferentes personas pueden tener perspectivas distintas; también reconocen la necesidad de ajustar su idioma al de su compañero, lo que les permite tomar mayor conciencia de los estados mentales de otros. Por último, tienden a tener mejor control de la atención, lo que les facilita concentrarse en lo que es cierto o real más que en lo que sólo parece
serlo.
También se ha identificado que la actividad neural de la corteza prefrontal es importante. En un estudio, niños que podían razonar correctamente acerca de las ondas cerebrales en la corteza frontal izquierda, de manera muy similar a lo exhibido por los adultos del estudio. Sin embargo, en los niños que no pudieron realizar correctamente la tarea no se observó dicha activación.
La manera en que los adultos hablan con el niño acerca de las experiencias compartidas tiene un poderoso efecto en la memoria autobiográfica así como en otras habilidades cognoscitivas y lingüísticas. El modelo de interacción social sostiene que los niños construyen los recuerdos autobiográficos en colaboración con los padres y otros adultos cuando hablan acerca de sucesos compartidos. Los adultos inician y dirigen esas conversaciones, lo cual enseña a los niños la manera en que su cultura organiza los recuerdos en una narrativa y encuadra los acontecimientos pasados en un marco coherente y significativo.
El grado en que el ambiente familiar influye en la inteligencia de un niño está en cuestionamiento. No sabemos hasta dónde la influencia de los padres en la inteligencia proviene de su contribución genética y cuanto del hecho de que proporcionan al niño el ambiente más temprano para el aprendizaje. La correlación entre posición socioeconómica y el CI está bien documentada, el ingreso familiar se asocia con el desarrollo cognoscitivo y el logro durante y después de los años preescolares.
De acuerdo con Vygotsky, los niños aprenden mediante la internalización de los resultados de las interacciones con los adultos. A medida que los niños aprenden el vocabulario, la gramática y la sintaxis, adquieren mayor competencia en la pragmática, esto es, el conocimiento práctico de cómo usar el lenguaje para comunicarse, son aspectos del habla social, la cual tiene el propósito de ser entendida por quien la escucha.
Autoestima.
Los niños cuya autoestima depende el éxito tienden a desmoralizarse cuando fracasan. A menudo atribuyen el mal desempeño o el rechazo social a las deficiencias de su personalidad, que creen que no pueden cambiar. En lugar de intentar otras maneras de obtener aprobación, repiten estrategias infructuosas o simplemente se rinden. Los niños con alta autoestima suelen tener padres y maestros que los retroalimentan en lugar de criticarlos.
Género.
Las diferencias de género implican diversidades psicológicas o conductuales entre hombres y mujeres. Entre las principales diferencias destacan el mejor desempeño motriz de los niños, en especial después de la pubertad y su propensión, moderadamente mayor, a la agresión física. Los roles de género son las conductas, actitudes, habilidades y rasgos de personalidad que una cultura considera apropiados para los hombres o las mujeres, los estereotipos de género son dominantes en muchas culturas. Aparecen en cierto grado en niños desde los dos o tres años, aumentan durante los años preescolares y llegan al punto más alto a los cinco años de edad. De acuerdo con Mischel, los niños adquieren roles de género al imitar los modelos y obtener recompensas por las conductas apropiadas para el género.
De acuerdo con la teoría cognoscitiva social, la observación permite a los niños aprender mucho acerca de las conductas tipificadas de género antes de adoptarlas. La teoría cognoscitiva social reconoce que los niños deciden o incluso crean sus ambientes a través de su elección de ciertaqs actividades y compañeros de juego.
Para los teóricos cognitivo-sociales, la socialización (la manera en que un niño interpreta o internaliza las experiencias con los padres, maestros, pares e instituciones culturales) desempeña un papel central en el desarrollo del género; este proceso empieza en la infancia, mucho antes de que empiece a formarse una comprensión consciente del género. Las normas de conducta se internalizan de manera gradual, a medida que los niños comienzan a regular sus actividades. Una parte importante de la trande la transición del control guiado socialmente a la autorregulación de la conducta relacionada con el género puede tener lugar entre los tres y cuatro años.
La televisión es el formato principal de actitudes culturales hacia el género. La teoría del aprendizaje social predice que los niños que ven mucha televisión mostrarán mayor tipificación de genero por la imitación de los modelos que ven en la pantalla.
Papalia (2009) nos dice que de igual forma el juego contribuye a consolidar todos los dominios del desarrollo. Por medio del juego los niños estimulan los sentidos, ejercitan sus músculos, coordinan la visión con el movimiento, obtienen dominio sobre su cuerpo, toman decisiones y adquieren nuevas habilidades. Es el cimiento de los conceptos matemáticos a medida que clasifican bloques de formas diferentes, cuentan cuántos puede apilar uno sobre otro. Cuando cooperan para construir castillos de arena o túneles en la playa, los niños aprenden habilidades de negociación y solución de conflictos, entre otras. También comenta que de igual forma el juego contribuye a consolidar todos los dominios del desarrollo. Por medio del juego los niños estimulan los sentidos, ejercitan sus músculos, coordinan la visión con el movimiento, obtienen dominio sobre su cuerpo, toman decisiones y adquieren nuevas habilidades. Es el cimiento de los conceptos matemáticos a medida que clasifican bloques de formas diferentes, cuentan cuántos puede apilar uno sobre otro. Cuando cooperan para construir castillos de arena o túneles en la playa, los niños aprenden habilidades de negociación y solución de conflictos, entre otras.
La tercera categoría, el juego dramático (al que también se le denomina juego de simulación, juego de fantasía o juego imaginativo), implica objetos, acciones o papeles imaginarios; se basa en la función simbólica, que surge durante la última parte del segundo año. El juego dramático implica una combinación de cognición, emoción, lenguaje y conducta sensoriomotora.
El altruismo es el centro de la conducta prosocial, la actividad voluntaria con el propósito de beneficiar a otro, algunos niños suelen ayudar a otros, compartir pertenencias y comida, y ofrecer consuelo. Los preescolares que son compasivos y que comparten de manera espontánea con sus compañeros suelen demostrar comprensión prosocial y conducta empática más adelante en su vida.
Las culturas varían en el grado en que favorecen la conducta prosocial. Las culturas tradicionales en que las personas viven en grupos familiares extensos y comparten el trabajo parecen inculcar más valores prosociales que las culturas donde se pone de relieve el logro individual.
La agresión instrumental es la forma más común de violencia en la niñez temprana en que se utiliza la agresión como instrumento para alcanzar una meta. La agresión aflora sobre todo durante el juego social: los niños que más pelean también suelen ser los más sociables y competentes. En realidad, la capacidad de demostrar cierto grado de agresión instrumental puede ser un paso necesario en el desarrollo social. A medida que los niños desarrollan más autocontrol y mayor capacidad de expresarse vía verbal, por lo general pasan de mostrar agresión con golpes a hacerlo con palabras. La agresividad puede ser resultado de una combinación de una atmósfera familiar estresante y poco estimulante, disciplina severa, falta de calidez materna y de apoyo social, exposición a adultos agresivos y vecindarios violentos, así como la fugacidad de grupos de pares, lo cual puede impedir las amistades estables. La cultura puede también influir en la cantidad de conducta agresiva que se muestra a un niño.
Aunque las personas más importantes en el mundo de los niños pequeños son los adultos que los cuidan, las relaciones con los hermanos y con los compañeros de juegos adquieren gran importancia en la niñez temprana. Casi cada actividad característica y tema de personalidad de esta edad, del desarrollo de género a la conducta prosocial o agresiva, implican a otros niños. La calidad de las relaciones entre hermanos tiende a transferirse a las relaciones con otros niños.
Los niños sólo empiezan a tener amigos a partir de los tres años, entienden que para tener amigos hay que ser un amigo. Aprenden a resolver problemas en las relaciones y a ponerse en el lugar de otra persona, y ven modelos de varios tipos de conducta. Aprenden valores morales y normas de los roles de género y además practican roles adultos.
Los alumnos de preescolar y jardín de niños que son queridos y calificados por los padres y maestros como socialmente competentes por lo general manejan bien la irritación. Evitan los insultos y las amenazas. En lugar de ello, responden de manera directa, de formas que minimalizan un conflicto mayor y permiten conservar las relaciones. Los niños menos queridos tienden a devolver el golpe o a acusar.
Las condiciones médicas también pueden llegar a afectar el desarrollo de un niño y por ende, su capacidad para socializar adecuadamente. Entre algunas de las enfermedades que más afectan a los menores están: el asma, la diabetes y las lesiones accidentales.
Piaget afirmaba que el cambio del pensamiento rígido e ilógico de los niños más pequeños al pensamiento lógico y flexible de los mayores depende tanto del desarrollo neurológico como de la experiencia de adaptación al ambiente. Por su parte, Robert Sternberg sostiene que la inteligencia y la cultura se vinculan de manera inextricable. La conducta que en una cultura se considera inteligente en otra puede verse como tonta, define a la inteligencia exitosa como aquella cuyas habilidades y conocimientos se tornan necesarios para tener éxito dentro de un contexto social y cultural particular.
Las primeras experiencias escolares son cruciales para crear las condiciones para el éxito o fracaso futuros. La posición socioeconómica puede ser un factor importante en el logro educativo, no por sí misma sino a través de su influencia en la atmósfera familiar, la elección del vecindario y las prácticas de crianza; y en las expectativas de los padres hacia sus hijos. Los niños que son queridos y aceptados por sus iguales suelen desenvolverse mejor en la escuela, la identificación temprana por parte de los maestros de los niños que muestran problemas sociales podría dar lugar a intervenciones que mejoren los resultados académicos, emocionales y sociales de esos niños.
La influencia de los medios en el hogar también juega un papel en el desarrollo de los niños. La influencia predominante es la televisión. Las computadoras también afectan, sobre todo los videojuegos. Esta exposición a los medios tiene diversas influencias dependiendo el tipo de medio examinado, así como del género del niño. El uso de las computadoras se asocia con incrementos en el aprovechamiento y las habilidades de solución de problemas en el caso de las niñas. Sin embargo, para los niños, más propensos a utilizar videojuegos violentos, el uso de las computadoras se asocia con mayores problemas de conducta agresiva.
Conclusiones
Referencias