Marihuana y Ansiedad. Consecuencias Indeseables del Consumo.
Es muy frecuente que a muchas personas les aparezca una crisis de ansiedad o ataque de pánico horas después de haber fumado marihuana.
Al ser el cannabis una sustancia psicoactiva tiene el potencial para desencadenar diversos trastornos de etiología genética o adquirida, entre algunos de los desajustes emocionales o cognitivos más comunes están: esquizofrenia, ansiedad, paranoia, hipocondría, deficit de atención, disminución de la capacidad de juicio, desvalorización, amnesia, depresión, anorexia, bulimia, obsesión, compulsión e incluso tendencias suicidas, entre otros.
Cabe mencionar que no sólo el cannabis puede hacer surgir este tipo de problemas, situaciones como la adolescencia, el estrés constante, la malnutrición, la falta de sueño, los conflictos armados, las tragedias personales y la experimentación cercana de desastres o accidentes de gran magnitud, también tienen el potencial para activar aquellos trastornos mentales a los que nos encontremos predispuestos.
Es difícil prever a qué persona le caerá mal la marihuana, aunque existen algunos indicadores de riesgo como pueden ser:
* Antecedentes genéticos de paranoia o esquizofrenia.
* Desintegración familiar
* Problemas económicos
* Personalidad perfeccionista y controladora
* Introversión
* Alimentación inadecuada
* Rasgos neuróticos
* Falta de autoconfianza
* Entorno social conflictivo
* Marcada necesidad de afecto y
* Tener un mal estado general de salud, entre otros.
Lo que también es cierto es que a un gran número de personas la marihuana les cae bien, les quita el cansancio, les abre la mente, disminuye su dolor, los hace más creativos, los tranquiliza, los hace sentir más cómodos y les permite interactuar con sus semejantes de una mejor manera. Se podría decir que han encontrado en el consumo de la mota una efectiva herramienta de afrontamiento.
Lo que es un hecho es que antes de fumar marihuana (especialmente cuando se hace por primera vez), se tiene que establecer una disposición física, ambiental y mental favorable. Se debe de estar en un estado de armonía con uno mismo y con los demás, ya que esto reducirá, en gran medida, las posibilidades de que el experimentador "se mal viaje" o peor aún, que se desencadenen trastornos mentales de largo plazo, complejos o fijaciones, que sólo podrán ser atendidos mediante una adecuada terapia psicológica profesional.
La marihuana puede abrir la Caja de Pandora en la que se encuentran nuestros problemas más ocultos, nuestras tensiones no resueltas y nuestros miedos más profundos. Por ello es importante estar prevenido y tener conciencia y aceptación de nuestras circunstancias. El adquirir esta nueva visión de nosotros mismos puede dar pie a considerar acudir a terapia psicológica con la finalidad de trabajar en nuestro ser y de encontrar en nosotros mismos las respuestas a las interrogantes que el consumo de esta droga nos ha hecho ver.
Aparte de la ansiedad otro de los inconvenientes o posibles reacciones mentales indeseables es la paranoia, el consumir cannabis puede hacer que nos sintamos perseguidos, culpables, enfermos de muerte, encerrados en un callejón, excluidos, indefensos ante la sociedad y sus instituciones, en una realidad extraña y diferente. Despersonalizados, fuera de lugar, en una palabra: paranoicos. Aquí lo importante es tomar conciencia de que sólo estamos viviendo un estado alterado y temporal. Respirar profundamente, encontrar un lugar tranquilo, hablar con un amigo, acercarse a un doctor y tomar sorbos de agua pueden resultar de mucha ayuda.
También es bastante común que a los pocos días de consumir marihuana, se presenten ataques de pánico caracterizados por falta de aire, temblores en el cuerpo, palpitaciones, latidos fuertes, opresión en el pecho, inestabilidad al caminar, falta de fuerza, vértigo y la idea de que uno está muy cerca de la muerte. Cuando esta situación se haga evidente, lo más recomendable es comunicarse inmediatamente a alguna línea telefónica de ayuda...
Nota: cuando se presenta un ataque de pánico (y no hemos adquirido a través de terapia, las herramientas de afrontamiento adecuadas), no vale la pena hacerse el valiente, conducirse de esa forma sólo complicará nuestra situación. Si estamos en un supermercado o centro comercial, lo conveniente es acercarse discretamente a algún empleado de seguridad, comentarle que estamos pasando por un ataque de pánico y pedirle su ayuda. Si nos encontramos en la calle podemos tomar un taxi y buscar un consultorio de esos que se encuentran anexos a las farmacias o incluso permanecer a las puertas de un hospital, central de bomberos o de policía, el simple hecho de hacerlo, irá reduciendo nuestra ansiedad. También ayuda mucho tomar el teléfono y ponerse a platicar con algún amigo o familiar. Si nos encontramos manejando, buscar inmediatamente un lugar para estacionarnos y hacernos a la idea de que en un caso extremo podemos chocar muy levemente para de esta forma pedirle a la aseguradora que nos envíe inmediatamente una ambulancia. Tratar de tener en cuenta que generalmente estas crisis no duran más de 25 minutos.
....para posteriormente continuar con una psicoterapia profesional. De no hacerlo, se corre el riesgo de que estos ataques se presenten recurrentemente de por vida, aún sin que se vuelva a hacer uso de la droga. El factor tiempo es de gran importancia ya que no se debe de permitir que estas nuevas e indeseables sensaciones echen raíces en nuestro ser.
Algunos de los recursos de afrontamiento que se pueden adquirir a través de la psicoterapia para reducir o neutralizar los efectos cognitivo - conductuales indeseables del consumo de marihuana son:
* Terapia de Aceptación y Compromiso.
* Visualización Guiada.
* Mindfulness y
* Meditación Dirigida, entre otros.
En mi experiencia profesional he visto que el Mindfulness se convierte en una valiosa herramienta de ayuda, ya que le permite al paciente, en un tiempo relativamente corto, contar con los recursos necesarios para inhibir los factores de riesgo y el posterior desencadenamiento de trastornos mentales adversos derivados del consumo ocasional, habitual, lúdico o médico de la marihuana.