El Mecanismo de la Disonancia Cognitiva. Cuando nuestra mente nos juega una mala pasada.
La disonancia cognitiva es uno de los mecanismos más interesantes de la mente humana.
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La identidad es el conjunto de pensamientos, valores, recuerdos y elementos circunstanciales que constituyen la personalidad, el carácter, el modo de vida y la forma de actuar de un individuo.
Es un concepto extremadamente complejo, puesto que la identidad se conforma y se va transformando constantemente en cada persona, en un continuo proceso de adaptación al medio y a la cultura que la rodea.Es por eso que la identidad está estrechamente vinculada no solo a los procesos cognitivos propios sino a la memoria, al contexto social y a un complejo entramado de relaciones personales que van tejiendo la afiliación de cada individuo.
La identidad define el ser alguien, sin identidad no eres nadie, por tanto, es de las cosas más preciadas con que cuenta el ser humano.
Por eso todas aquellas acciones externas que ponen en riesgo nuestra identidad, que signifiquen un desafío a nuestras creencias, provoca una respuesta que llega a ser, en algunos casos, hasta violenta de nuestra parte.
Cuántas veces hemos terminado una amistad por algún comentario que puso en tela de juicio, en entredicho, el concepto que tenemos acerca de nosotros mismos?.
Hacemos lo que sea por conservar la percepción global que se tiene de nosotros.
Próximamente haremos un vídeo acerca de la identidad en psicología.
Pero, qué pasa cuando el enemigo está en casa cuando nuestra conducta o pensamiento se contrapone a nuestra identidad, al concepto que tenemos de nosotros.
Pongamos un ejemplo:
Una señora que está a dieta, abre un paquete de galletas con la intención de comerse una, en eso recibe una llamada telefónica, la conversación dura algunos minutos, al colgar se da cuenta que se ha comido todas las galletas del empaque.
En ese momento comienza una cascada de pensamientos y emociones negativas:
"Me he comido todas las galletas, ¡Qué estúpida soy!.
¡No tengo fuerza de voluntad!
¡Soy una glotona!
¡Estoy condenada sin remedio a ser gorda!"
Etcétera...
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Y en eso aparece automáticamente el mecanismo de disonancia cognitiva, para evitar que nos quedemos con la certeza de que somos unos estúpidos sin remedio (lo cual contradiría el concepto que tenemos de nosotros mismos).
Este mecanismo genera conscientemente una serie de pensamientos que compensan los juicios que desafían a nuestra identidad. Por tanto comenzaremos a tener ideas como:
"Lo bueno es que no tenían mucha azúcar.
Ceno menos y listo.
De todos modos me las iba a terminar comiendo.
Me hacían falta carbohidratos.
Estaba tan buena la conversación que no me di cuenta."
Etcétera...
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En psicología, la disonancia cognitiva se conoce como la tensión o incomodidad que percibimos cuando mantenemos dos ideas contradictorias o incompatibles, o cuando nuestras creencias no están en armonía con lo que hacemos.
Este fenómeno psicológico se da con mucha frecuencia en nuestro comportamiento. A veces, nuestras ideas se contradicen con nuestras conductas. Se da cuando vemos por ejemplo a una persona brillante e inteligente cometiendo en un momento dado una acción irracional y poco adecuada.
Como vemos, la disonancia cognitiva explica nuestra tendencia a la autojustificación. La ansiedad o tensión que conlleva la posibilidad de que hemos tomado una decisión equivocada o de que hayamos hecho algo incorrecto, nos puede llevar a inventar nuevas razones o justificaciones para apoyar nuestra decisión o acto. No soportamos al mismo tiempo dos pensamientos contradictorios o incompatibles, y justificamos dicha contradicción, aunque sea con nuevas ideas absurdas.
Es importante señalar que la disonancia cognitiva solo se produce cuando los sujetos tienen libertad de elección al realizar la conducta. Si nos obligan a hacer algo en contra de nuestra voluntad, no se produce esta tensión. Aunque convencernos de que nos obligaron también puede servir como autojustificación para reducir el malestar.
La disonancia cognitiva es un mecanismo que utilizamos para nuestro bienestar. Lo importante es ser conscientes de cuándo lo utilizamos para no caer en el autoengaño. Por ejemplo en las rupturas de pareja, o en amores no correspondidos solemos justificarnos con frases como “ya sabía yo que no iba a funcionar”, “no merecía la pena”, “no era lo que me esperaba”, cuando por dentro sentimos dolor y nos cuesta admitirlo. Es muy importante, saber cuando estamos utilizando este mecanismo para no llegar al autoengaño, la crítica y la mentira.
Cuando la disonancia cognitiva genera demasiados pretextos o estos son desproporcionados, el individuo puede mostrarse como sinvergüenza, cínico, poco empático y mucho menos confiable. Por el contrarío cuando este mecanismo no se presenta, se suele ver a la persona como alguien muy severo consigo mismo.
Usualmente son las conductas o pensamientos generados por el subconsciente las que provocan que se active el mecanismo de disonancia cognitiva por lo que es importante mantener alineado al consiente con el inconsciente mediante una correcta reprogramación.