El poder del subconsciente



El poder de la mente va más allá de lo que solemos pensar. Nuestra mente es maravillosa y va mucho más vasta de lo que imaginamos. Más allá de la conciencia existe un mundo por descubrir donde enterramos nuestros miedos, incertidumbres y esos impulsos que nos parecen inaceptables. Sin embargo, en ese mismo sitio también surgen las ideas más creativas y las mayores pasiones, crecen muchos de nuestros sueños e ilusiones. Se trata de nuestra mente subconsciente o inconsciente y, aunque durante décadas ha estado escondido detrás de un velo de misterio, hoy contamos con técnicas que nos permiten acceder a este terreno de la mente con el objetivo de potenciar nuestro equilibrio psicológico o conseguir nuestras metas.
Un interesante experimento sobre el subconsciente
¿Crees que sostener una simple taza de café podría cambiar la valoración que haces de un desconocido? Aunque resulte difícil de creer, en un experimento reciente psicólogos de la Universidad de Yale intentaron alterar el juicio de algunas personas simplemente pidiéndoles que sostuvieran una taza de café.
Cuando la persona entraba en una habitación hallaba a un asistente que intentaba sostener unos libros, unos documentos y una taza de café (frío o caliente). El asistente le pedía que le sostuvieran durante unos segundos la taza. Más tarde, cuando los participantes tuvieron que juzgar a un desconocido, quienes habían sostenido la taza de café frío consideraron que la persona era más distante, egoísta y menos sociable.
Aunque resulte difícil de creer, en un experimento reciente psicólogos de la Universidad de Yale intentaron alterar el juicio de algunas personas simplemente pidiéndoles que sostuvieran una taza de café.
Estos resultados pueden resultar increíbles, pero lo cierto es que en los últimos años han salido a la luz numerosas investigaciones que demuestran cómo pequeñas variaciones del medio pueden incidir en nuestros comportamientos y valoraciones. Todo esto nos indica que el subconsciente es mucho más activo de lo que suponíamos y que puede influir en nuestras decisiones, probablemente mucho más de lo que estaríamos dispuestos a aceptar.
De hecho, nuestro subconsciente está enviando continuas señales a nuestra mente consciente. Como fruto de esta comunicación subrepticia, en muchas ocasiones nos comportamos de cierta manera pero no podemos explicar por qué, pues no logramos descifrar el motivo de esa conducta.
¿Qué es exactamente el subconsciente o inconsciente?
Un símil al que se recurre a menudo para explicar los conceptos de conciencia y subconsciente es el iceberg. En la práctica, la conciencia sería la punta de un iceberg, que se puede notar a simple vista, mientras que el subconsciente sería esa gran masa que se encuentra por debajo de la línea de flotación y que normalmente no se puede apreciar pero sabemos que se encuentra allí y es fundamental para sostener la parte visible del iceberg.
Por tanto, el inconsciente es un término que se utiliza para referirse a todo aquello que se encuentra por debajo del umbral de la conciencia y a lo cual nos resulta difícil acceder. En este nivel se suelen encontrar miedos muy profundos que pueden dar pie a fobias, contenidos que han sido reprimidos y apartados de la conciencia por su carácter traumático y deseos no aceptados.
Este conjunto de contenidos se puede manifestar de diferentes maneras, como por ejemplo: a través de los sueños, los actos fallidos (cuando ponemos en práctica un comportamiento pero en realidad queríamos hacer otra cosa) o los lapsus linguae (cuando cometemos un error en el discurso intercambiando una palabra o frase por otra).
Cuando nuestro nivel de conciencia baja la guardia, una parte del subconsciente puede aflorar y determinar nuestros comportamientos o generar determinados estados emocionales. No obstante, el subconsciente tiene diferentes niveles, por lo que es muy difícil acceder a la zona más profunda.
¿Cómo influye el inconsciente sobre nuestro comportamiento?
Psicólogos de la Universidad de Yale reclutaron a un grupo de personas para realizar un experimento muy interesante. Antes de entrar a la habitación, los investigadores fingieron estar muy ocupados y les pidieron a las personas que les sostuvieran durante unos instantes su taza de café, en algunos casos estaba fría, en otros caliente.
A continuación, los participantes leyeron un texto sobre una persona, sobre la cual debían brindar su opinión. Asombrosamente, quienes sostuvieron la taza de café caliente afirmaron que la persona sobre la que habían leído era más agradable y extrovertida mientras que quienes tuvieron en sus manos la taza de café frío creyeron que esa persona era menos sociable y más egoísta.
Este no es el único experimento que demuestra el poder del subconsciente sobre nuestras percepciones y decisiones. Psicólogos de la Universidad de Stanford reclutaron a un grupo de personas para que participasen en un juego de inversión económica. Algunos se sentaron a una mesa vacía, otros a una mesa en la que había un portafolio negro, como el que suelen usar los hombres de negocios.
Así se pudo apreciar que quienes estuvieron expuestos al portafolio se mostraron más cautos en el momento de invertir, fueron más competitivos y tenían mayores expectativas sobre las ganancias. Es decir, se comportaron como lo harían los hombres de negocios. Lo más curioso es que ninguno de ellos reconoció que la simple vista del portafolio había incidido en sus decisiones y comportamiento.
Resultados como estos nos demuestran que estamos siendo bombardeados continuamente por una serie de estímulos que no son procesados a nivel consciente pero que nuestro subconsciente capta y procesa para activar determinados patrones de comportamientos. Y todo ocurre sin que nos demos cuenta.
Por consiguiente, muchas de nuestras decisiones cotidianas en realidad están profundamente influenciadas por el subconsciente, ya que este activa una serie de patrones neurales, como si fueran programas de un ordenador, que inclinan la balanza hacia una parte u otra. Algunas veces nuestra mente inconsciente está en sintonía con nuestros deseos y objetivos pero otras veces no, entonces nos sabotea.
Por ejemplo, en nuestro subconsciente están grabados muchos mensajes negativos que escuchamos en nuestra infancia y que quizás provenían de nuestros padres o maestros. Estos mensajes continúan determinando nuestro comportamiento, forman parte de nuestro diálogo interior y dan forma a nuestros miedos, aunque no siempre podamos detectarlos.
La buena noticia es que una vez que somos conscientes de estos mecanismos, estos pierden su poder sobre nuestro comportamiento. Por eso es tan importante bucear de vez en cuando en nuestro inconsciente y asegurarnos de que tiene los “programas” adecuados.
El inconsciente como fuente de solución de problemas y creatividad
La creatividad a menudo viene de la mano del insight, ese momento en el que todo cobra sentido y aparece una idea brillante. Sin embargo, lo que parece una idea sacada del sombrero de un mago, en realidad es un pensamiento que ha sido procesado a nivel subconsciente. Mientras nuestra mente consciente ha estado ocupada con otros asuntos, nuestro subconsciente ha seguido trabajando, comparando, reorganizando y conjugando diferentes ideas.
Un estudio particularmente interesante demuestra este hecho. En esta ocasión los psicólogos pidieron a un grupo de personas que inventasen tantas formas de usar un clip como les fuera posible. La diferencia radicó en el tiempo que les dejaron para pensar, al menos conscientemente. Mientras que a algunos les dieron 5 minutos, a otros les dejaron apenas 1 minuto ya que casi inmediatamente, les distrajeron hablando de otro tema. Pasado ese tiempo, todos debían escribir las ideas. Asombrosamente, quienes tuvieron menos tiempo para pensar, fueron quienes dieron las respuestas más creativas.
Según los investigadores, esto se debe a que la mente subconsciente continuó trabajando, generando ideas en un proceso de pensamiento divergente. Al contrario, las personas que tuvieron más tiempo para pensar conscientemente pusieron en marcha el pensamiento convergente, mediante el cual desechamos todo aquello que consideramos irrelevante o que nos puede avergonzar.
Por tanto, el subconsciente no solo es el lugar donde se esconden algunos de nuestros miedos y creencias limitantes sino que también es una fuente maravillosa de creatividad y nos puede ayudar a solucionar problemas.
Conectar con la mente subconsciente
El subconsciente no organiza la información de manera lógica y no suele aplicar etiquetas verbales que tengan un sentido coherente para nosotros, por lo que a menudo es muy difícil comprender sus mensajes o acceder a esta parte de la mente. Además, también desempeña el papel de un guardián celoso de aquellos contenidos que nuestra mente consciente no acepta.
el poder d ela hipnosis y el subconsciente
Por eso, a la hora de conectar con el inconsciente es importante que un psicoterapeuta especializado dirija el proceso y logre integrar de manera adecuada esos contenidos en nuestra personalidad y nuestro mundo emocional.
En la actualidad existen diferentes técnicas para conectar con el subconsciente, como la asociación libre, el ensueño dirigido, las pruebas proyectivas y la hipnosis, la cual en mi opinión es la más eficaz y la que tiene más utilidad terapéutica.
Durante la aplicación de la hipnosis la persona experimenta un estado de conciencia alterado que le permite al subconsciente salir a la luz. De hecho, un psicólogo con suficiente experiencia en este campo incluso puede lograr que la persona regrese en el tiempo a o puede acceder a deseos que el paciente no se permite reconocer a nivel consciente, pero que están latentes y determinan su comportamiento, causando en muchas ocasiones conflictos entre la mente consciente y la mente inconsciente, y por lo tanto, problemas emocionales y psicosomáticos.
Alinear e integrar las dos partes: la consciente y la inconsciente es una de los objetivos que se persiguen a través de los tratamientos mediante hipnosis.
La hipnosis y la autohipnosis como vías para acceder al subconsciente
El subconsciente representa una gran parte de nuestra mente, algunos psicólogos afirman que llega a ocupar el 90%. Se puede comparar con una gran base de datos en la que almacenamos todas las experiencias que vivimos, hasta los más mínimos detalles, aunque nuestra mente consciente no los capte. De hecho, se estima que el subconsciente es capaz de captar el equivalente a unos 2 billones de bits de información por segundo.
En esta zona también almacenamos nuestros hábitos, emociones y creencias más arraigadas. Sin embargo, al igual que un ordenador, la mente subconsciente trabaja solo con sus programas, que serían nuestras experiencias de vida. A través de la hipnosis y la autohipnosis podemos reprogramar el subconsciente para cambiar algunos hábitos o crear cambios positivos.
Cuando entramos en un estado profundo de relajación, nuestra mente consciente no puede ejercer su férreo control y emerge una parte de nuestro subconsciente. Eso no significa que este tome el mando, la mente consciente se mantiene despierta y observa pero permite que se establezca una comunicación con esas zonas que normalmente permanecen ocultas.
Sin embargo, existe una parte, denominada “factor crítico”, que actúa como un guardián entre la mente consciente y el subconsciente, que tiene poder para aceptar o rechazar los nuevos programas que pretendemos “instalar”. A través de la hipnosis, que no es más que un estado de focalización sensorial que nos permite concentrarnos en nuestras vivencias, nos sentimos relajados y tranquilos por lo que es más fácil cambiar determinadas percepciones o pensamientos, burlar ese “factor crítico”.
A través de la hipnosis el psicólogo no solo accede a la información que se encuentra en el subconsciente para detectar las causas de los problemas que nos aquejan, sino que también puede ayudarnos a asimilar experiencias negativas o, mediante una serie de sugestiones, promover hábitos y creencias más saludables que nos ayuden a crecer.
En el caso de la autohipnosis, somos nosotros mismos quienes propiciamos ese estado de relajación para aprovechar el poder de la mente subconsciente y usarlo a nuestro favor. No solo podremos combatir el estrés y los estados emocionales negativos, sino que también podremos reprogramar nuestra mente para alcanzar con mayor facilidad nuestros objetivos. Es una técnica con la que aprenderás a conocerte mejor y a activar tu potencial interior. Aprovecha el poder de la mente subconsciente. Deja que tu inconsciente trabaje para ti.

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